Hoy gran parte de las personas se viste de corto, chándal, zapatillas técnicas…y se lanza a la calle a correr. Nos hallamos ante un fenómeno social sin precedentes. Siempre hubo aficionados a la carrera, al jogging, footing... Pero generalmente eran deportistas definidos como tales por el resto de la sociedad. Eran competidores de diversos deportes que, sobre todo en periodos invernales, adquirían condición física, resistencia, practicando la carrera. Hoy, al margen de deportistas competidores, se ve a la gente correr.

Este hábito se inicia como un nuevo fenómeno de la época; no sólo los jóvenes compran zapatillas y ropa deportiva, lo hacen personas de todas las edades. Nos encontramos ante un hecho insólito, una moda que ha venido para quedarse. El proceso de sedentarización humano que se inició lentamente desde los asentamientos neolíticos, se ha acelerado de manera fugaz en el último siglo. La máquina ha sustituido el esfuerzo físico del hombre, pero seguimos con el mismo organismo, el mismo aparato locomotor. Un aparato cada vez más mimado y protegido, pero cada vez menos usado, con el peligro de que se convierta en oxido. 

En cualquier lugar, en el parque, en la calle, en el monte, nadie hace el ridículo corriendo. Ya no hay vergüenza de estar regordete o mayor, hace sólo una década esto era insólito. 

Los videojuegos, móviles, los mandos a distancia, lo tecnológico… ha provocado un sedentarismo alarmante. Pero el organismo, nuestro aparato locomotor, sigue ahí, lleno de salud física, reclamando con urgencia su funcionamiento. 

La humanidad tiene recursos insospechados para no perecer. Esta escapada a la actividad física, al margen del deporte competición, puede significar uno de esos mecanismos inconscientes de socorro. 

La carrera está de moda, entre otras cosa porque tiene muchas ventajas para la salud, pero todo en exceso o mal practicado provoca problemas.
Muchos corredores constituyen el grupo de lesionados y enfermos con la mejor condición física del planeta. Aunque la carrera sea un deporte muy natural y saludable no está libre de riesgos.

Debemos aprender a sortear los inconvenientes y los peligros que correr conlleva, para poder evitarlos y poder así practicar ese deporte que tanto nos gusta sin riesgos para nuestra salud.

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