"Comenzar a correr después de haber cumplido los 40 aporta más beneficios que riesgos"
En estos tiempos de la posmodernidad, el deporte ha sido aceptado y es altamente valorado; sin embargo esta alta valoración puede hacer que en un determinado momento no se practique de forma correcta y hacerlo se convierta en una forma patología, por adicción al ejercicio.
A medida que cumples años, no puedes evitar una merma en tus capacidades físicas, pero sí puedes gestionar la velocidad a la que las pierdes y lo más importante, librarte, salvo accidente o enfermedad cerebral, de traspasar el tan temido umbral de la dependencia; la receta es entrenarse. Más autonomía y menos achaques, esto es lo que vas a conseguir con un plan de ejercicios de forma regular y los años que vivas, los vivirás con más independencia y con menos incidencia de las patologías que son más trágicas al hacerte mayor. No se trata de batir marcas, sino de ser constante para mantenerte en forma.
Salir a correr unos kilómetros es una de las mejores opciones y más saludable para hacerle frente a muchos problemas de la vida cotidiana: estrés, sedentarismo, hipertensión…. Ahora bien, si lo haces después de los 40 años, sin haber realizado ningún ejercicio en años anteriores tiene otros matices.
Comenzar a correr después de haber cumplido los 40 aporta más beneficios que riesgos, lo que es peligroso para la salud es iniciarse mal. Como todo en la vida quiere una progresión y nadie mejor que un buen profesional para ayudarte con este inicio, sólo así los beneficios para la salud serán formidables y los resultados se verán muy pronto. Para determinar la mejor forma de empezar a correr, es necesario que analices tu forma física, siendo lo más objetivo y realista posible. No corras sólo para estar en forma, el secreto está en ponerte en forma para correr mejor. No obstante antes de iniciar esta bonita y apasionante aventura, no estaría de más realizar un control médico, lo ideal es un electrocardiograma, una prueba de esfuerzo y una analítica, para evitar posibles inconvenientes que pueden surgir.
Si no has corrido antes, es muy importante que empieces combinando la caminata con la carrera de forma gradual, tanto en volumen como en intensidad. Es mejor quedarte corto de entrenamiento que pasarte; no caigas en la trampa de hacer mucho, porque el primer día todo irá bien, pero luego aparecen las temidas lesiones. Todo a su tiempo, esto es una carrera de fondo. Muchos corredores que se inician tarde no cumplen con un pilar básico del entrenamiento, la progresión. Apenas realizan alguna carrera corta y se pasan a la larga distancia; correr enamora y los retos de la larga distancia son toda una golosina para todo corredor. Entrena de manera progresiva, las carreras largas están ahí, esperándote, pero todo a su debido tiempo, intenta no precipitarte, disfruta de todos los momentos.
En cada entrenamiento, efectúa un calentamiento y enfriamiento, así ayudas a recuperar tu cuerpo para la próxima sesión. Realiza estiramientos para aumentar la flexibilidad, sin hacer rebotes mientras estiras porque esto aumenta el riesgo de roturas musculares. Para una mayor flexibilidad, no es mala idea completar tu régimen de ejercicios, una o dos veces por semana, con una clase de yoga o pilates. Muy importante también es que combines el entrenamiento cardiovascular con la fuerza, si tienes oportunidad visita el gimnasio dos o tres veces por semana.
Si ya tienes 40 años y eres de los que comienzas en el mundo del running, no te motives en exceso las primeras semanas, ni tampoco “delires” con correr un maratón en un par de meses, la clave está en la prudencia. Empieza a correr con humildad, sabiendo de tus limitaciones y no te impacientes porque en poco tiempo comprobarás que puedes correr más kilómetros y en menos tiempo. El secreto está en incrementar tu kilometraje de manera escalonada, sólo así conseguirás crear unos cimientos para tu particular edificio, con el objetivo de mantenerlo vivo el resto de tus días.
Correr es bueno y saludable pero, como todo, depende de la cantidad en la que se realice. Se ha puesto de moda participar en maratones, carreras por montaña, ultras… cuyos participantes desean cruzar la meta a toda costa, a pesar de que pueda tener efectos negativos sobre su salud. Todo esto está provocando un aumento de lesiones por someter a un esfuerzo muy fuerte a articulaciones, rodillas y espalda. Con el entrenamiento se busca progresar, mejorar el estado físico y la forma, pero si no dejas que el cuerpo responda al estímulo que genera el ejercicio y le das tiempo para recuperarse, entonces te estarás sobreentrenando. Es fundamental saber escucharse y ante el dolor muscular o el cansancio extremo, mejor descansar que continuar entrenando. Si quieres buenos resultados, mejor no te pases con el entrenamiento. La carrera debe producir bienestar, no sufrimiento, es una actividad de la cual se debe disfrutar y ser producto de satisfacción.Ni el sedentarismo, ni el exceso de kilómetros es bueno para la salud, lo mejor es la moderación.
Si nunca te has calzado unas zapatillas, y ya pasas de la barrera de los 40, es importante que sepas que nunca es tarde para empezar en este maravilloso deporte; para perder unos kilos, para acompañar a un amigo, para hacer algo distinto... más allá de cómo empieces y a qué edad te inicies, lo cierto es que el correr está de moda y se transforma en una pasión. El reto resulta cada vez más gratificante y, en cierto punto, adictivo: el sólo hecho de participar en una carrera incentiva a participar en otra. Y, aunque muchos sedentarios todavía se preguntan por qué correr, lo cierto es que la apuesta continúa aumentando.
Correrno distingue de géneros ni edades, te hace muy bien, te encontrarás más activo, protagonista de un deporte; aprovéchalo como la mejor de las terapias, con un objetivo indudable “desatascar” la mente de las rutinas diarias. Ahora bien, iniciarte con responsabilidad ya depende de ti. Mucha suerte y ánimo.